La distribución por actividad económica fue; 13,9% agricultura, 30,3% industria y 55,8% servicios.
Sin embargo, el ciclo económico es inevitable y las economía ya se encuentra sobre una senda descendente ¿Qué tan fuerte será la caída? ¿Será prolongada? Son preguntas pertinentes, cuya respuesta hay que buscarla en la magnitud y características de los desbalances acumulados durante la expansión y la naturaleza de los choques externos que enfrentamos y enfrentaremos a lo largo del año.
El déficit en cuenta corriente se ha ampliado, el endeudamiento de los hogares y las firmas se ha incrementado, la tasa de cambio real se ha apreciado y la inflación se ha mostrado renuente a continuar su trayectoria descendente. Así, a diferencia de muchos países Latinoamericanos y Asiáticos, Colombia no ha crecido generando superávits en cuenta corriente. En otras palabras, mientras en Colombia el exceso de inversión sobre el ahorro doméstico se ha suplido con ahorro externo en estos países este no ha sido el caso. El crecimiento en las economías con superávit parece entonces responder a una dinámica de exports lead growth.
Desde este punto de vista la economía colombiana luce más vulnerable que sus pares a un menor flujo o salidas de capitales, situación bastante probable dado el contexto externo. Como lo menciona Ocampo (2007), el excepcional crecimiento en América Latina ha estado determinado por la convergencia de dos elementos, altos precios de las materias primas y condiciones de financiamiento externas favorables. Estos autores muestran además como Colombia es más sensible, en términos de crecimiento del PIB, a incrementos en la aversión global al riesgo mientras que Perú, Chile y México lo son a caídas en los precios de las materias primas.
Entonces, ¿cómo puede desenvolverse la economía colombiana ante este viraje de las condiciones externas? La literatura sobre las crisis de balanza de pagos y las crisis financieras es amplia. Los hechos estilizados de las crisis de los noventa (Tornell y Westermann, 2005), muestran que estos eventos estuvieron antecedidos por crecimiento acelerado del crédito, deterioro de la cuenta corriente, apreciación de la tasa de cambio real y abundancia de capitales. Elementos presentes en la coyuntura colombiana.
Lo anterior llevaría a pensar entonces que con el choque externo negativo que supone la crisis de los mercados financieros originada en EE.UU sería inevitable que la economía colombiana entrará en recesión.
Endeudamiento externo con bancos por plazos (USD millones)
Los diferenciales de tasas de interés, la apreciación de la moneda y la expectativa de que se continuara apreciando, se conjugaron con una situación de apetito por riesgo muy pronunciada, reflejado en disminuciones del embi a niveles nunca antes vistos y más allá de lo que señalaban el rendimiento de los bonos de alto retorno en EE.UU.
Así pues, todos los ingredientes estaban dados para que las firmas prefirieran el endeudamiento externo al interno, y sobre todo el endeudamiento a corto plazo, como lo indica la gráfica 1.
La importancia del endeudamiento externo a corto plazo radica en que si bien los otros elementos señalan desequilibrios que deben ser corregidos, el ajuste ordenado o desordenado dependerá de la probabilidad con que ocurra una parada súbita en los flujos de capital.
Si experimentamos un fenómeno de este estilo, la cuenta corriente deberá corregir en un periodo corto de tiempo debido a contracción de la demanda interna y la tasa de cambio se depreciaría aceleradamente, con lo cual vendría un aumento de las tasas de interés que podría ser reforzado por la contracción monetaria orientada a contener la inflación, el conocido fear of floating.
Razones de liquidez (deuda de corto plazo/reservas, deuda total) Como resultado, la respuesta de política fue una acumulación de reservas acelerada y la posterior imposición de controles a las entradas de capital.
En primer lugar está el costo de oportunidad que significa tener unos activos con un rendimiento por debajo del promedio mientras que la economía debe endeudarse a tasas superiores (Rodrik, 2006). En segundo lugar la intervención debe ser esterilizada para evitar sus efectos inflacionarios pero con el problema que crea activos que son potencialmente convertibles en moneda extranjera. Por último está el conocido efecto de riesgo moral.
El punto importante acá es que su efecto sobre la tasa de cambio ha sido nulo pero sobre los incentivos a endeudarse a corto plazo han sido los correctos.
Flujos netos de capitales (USD millones, acumulados 12 meses)El problema sería entonces en que los inversionistas estarían ponderando muy alto la fortaleza económica de Latinoamérica, sin tener claridad sobre el efecto real que la recesión en EE.UU tendrá sobre estos países.
Sin embargo, a pesar las respuestas monetarias y el esperado estimulo fiscal a la economía de EE.UU, la inevitable recesión de dicha economía pesa sobre la actividad real nuestra. Por último, las acciones de política económica han sido adecuadas por cuanto evitan un mayor desajuste y le otorgan mayor maniobrabilidad a las autoridades en el evento de una salida masiva de capitales. El punto débil sigue siendo la situación fiscal del país.